jueves, 23 de octubre de 2008

A Primera Vista


Hemos llegado, después de tanto tiempo, que se volvió poco; después de tanto esfuerzo que resulto apenas el suficiente; después de tantas noches, días, sonrisas, lagrimas, triunfos, derrotas, heridas, alegrías, estamos aquí… después de tantos recuerdos que tomarían demasiado tiempo, tinta y papel para ser descritos… y una mente demasiado insana y organizada a la vez para tomarse ese tiempo, tinta y papel para describirlos. después de todo eso y mas simplemente comenzaremos por la mitad de la historia que resulta ser tan solo el comienzo de la misma, el comienzo del objetivo que 10 jóvenes se habían trazado, aunque tristemente solo 9 sobrevivieron a sus propios sueños y deseos.
Estamos en Mónaco, y a tan solo unos días de haber llegado me permito la oportunidad de contar esta historia que espero se convierta en toda una epopeya, un cantar que atraviese las montañas y arribe a buen puerto. después de tan solo algunos días de haber conocido esta ciudad aparentemente utópica me arriesgare a describirla… Mónaco es… todo lo que soñamos, todo lo que nos contaron, todo lo que alguna vez oímos, leímos o vimos, todo lo que alguna vez se nos ocurrió y sin embargo nos quedamos cortos… aun fusionando la idea que cada uno de los 10 acompañantes tenia sobre esta tierra, nos quedamos muy por debajo de todo lo que Mónaco tiene para dar… aun siendo tan pequeño.
A la vista de los extranjeros Mónaco luce como una ciudad utópica en verdad, siendo el país mas rico per capita del mundo y contando con recursos que superan por mucho a su extensión territorial, aunque a mi parecer es esa pequeña extensión territorial lo que ayuda a Mónaco a mantenerse como una ciudad utópica, pues con tan solo 1.95 Km cuadrados y sus 35 mil habitantes este puerto luce como un paraíso para sus gobernantes. Pero para los propios habitantes de este “paraíso” el panorama no luce tan hermoso, pues aunque el salario mínimo en Mónaco es 10 veces mayor al salario mínimo en México, la vida también es mucho mas cara, en Mónaco también hay estratos sociales y la regla capitalista que dice “eres lo que tu poder adquisitivo te permite” se mantiene sin cambios, aunque para los fuereños nos parezca que cualquier persona que habita en este puerto debe poseer una fortuna para nuestra propia definición de la misma, un monagues no pensara lo mismo, pues la palabra fortuna es completamente subjetiva, y estando en Mónaco uno se da cuenta que “fortuna” se escribe con letras mayúsculas, o no se escribe…
A esta primera semana de aclimatación me he dado cuenta de muchas cosas que muchos decían no existían, basura en las calles, automóviles que no son para nada de ultimo modelo ni súper lujo, la gente también busca ofertas, existen los suburbios y los barrios non-gratos sin salir de Mónaco, se puede encontrar un dejo de tristeza en el rostro de las personas sin necesidad de buscarlo… y los mas sorprendente de todo siendo una ciudad multiétnica, no es una ciudad multicultural…
A pesar de muchas cosas y gracias a muchas mas Mónaco luce como una ciudad de civilidad y respeto a los demás, con una corrupción casi nula y una inseguridad que pareciera no existir, a primera vista uno explora estos rasgos que parecieran haber abandonado al resto del mundo para instalarse aquí definitivamente, para convertirse en habitantes nómadas de una ciudad de respeto y decencia, de buenas maneras y tranquilidad, donde hasta ahora no he podido encontrar el mas leve rasgo de stress, aun conociendo a muchas personas que viven un ritmo de vida muy rápido, lo hacen con gozo; disfrutan vivir su vida así, o al menos eso aparentan. A veces esta situación me hace dudar de la utopia monaguesca, y se me ocurren otras teorías y la mas coherente es la vigilancia con un circuito cerrado de cámaras en todo el país, pareciera que mas que respeto y civilidad las personas evitan meterse en problemas y lo hacen solo por que saben que siempre hay alguien observando, algo que resulta imposible de hacer en al menos todas las capitales estatales y el distrito federal de mi propio país.
Y es así como Mónaco vive respirando el aire marino del mediterráneo, tan simple y tranquila que mas que envidia uno no puede mas que sentir admiración… al menos a primera vista.

2 comentarios:

Cynthia Aurora Ortiz Hern�ndez dijo...

es verdad, antes de conocer Mónaco uno imagina un montón de cosas y al llegar ya uno puede tener una verdadera opinión realista de lo que en verdad es, ya que es cierto que causa admiración tanto lujo, pero así como en todo el mundo y como lo mencionas aquí, también hay clases sociales pero a final de cuentas creo que tiene algo que hace que lo extrañes

Jose Gabriel Villela dijo...

si, son muchas cosas que se abren paso en el corazon y que se quedan ahi por siempre que extrañaras, solo queda seguir adelante, y pensar en los recuerdos dibujando una sonrisa con los labios