jueves, 23 de octubre de 2008

Una Ilusión

Ayer me visitó mi amante,
ella es tan caprichosa como taimada,
siempre aparece de improvisto,
aunque yo siempre espero que aparezca
y cuando aparece, hace el amor con mi ideas
y me deja lleno de esperanza,
me deshace y me desarma otorgandome
asi armas para escribir unas cuantas lineas tontas.
Esa amante se llama inspiración.

Ayer me preguntó por ti,
ayer me desnudó bajo su dulce mirada cual caricia maliciosa
y me hizo confesarle muchas cosas que,
ni siquiera sabía, habitaban dentro de mi,
habitantes nomadas y ocasionales que llegaron hace tan poco tiempo,
que no habia notado que existían
que reconozco haber engendrado en esa maraña de ideas y sueños
que alguna vez soñé o pensé
y que respaldaría con el filo de mi espada
y con la tinta de mis letras.

Ayer me habló de ti
y me hizo notar que no te conozco tanto como creo
o tanto como me gustaría;
y aun mas me di cuenta que ella hablaba de ti sin conocerte,
o conociendote aún menos de lo que yo creo conocerte,
y me contó que no permanecerías mucho tiempo a mi alcance
me contó que jamas podría acercarme a ti
me contó sin embargo que siempre hay esperanza,
para aquellos tan sedientos de ella
que la buscarían aún en las arenas del desierto.

Mientras caminaba por el sendero amarillo
que me llevaría al paraiso,
te encontré y te convertiste en mi paraiso
Mientras luchaba por alcanzar un sueño loco,
te conocí y comencé a soñarte
Mientras me batía a muerte con el amor
para alejarlo, me enamoré de ti
y entonces entendí que eso que repelía
solo era por que te estaba esperando a ti.

For San...

Alain Ducasse


Hoy estuve 7 de las 9 horas de mi stage en la maquina trempeadora de chocolate… es una maquina que en dos fases deja rellenos de diferentes hechuras cubiertas de chocolate de la manera mas profesional posible, en tan solo unos minutos. Es una maquina que mide metro y medio de alto, se sostiene sobre un pilar que contiene un motor que mantiene caliente un recipiente donde se vacía el chocolote a altura media, que gracias a una serie de mangueras mantiene el chocolate en movimiento y lo vacía sobre un rectángulo que tiene las paredes laterales finamente separadas del fondo consiguiendo así dos finas cortinas del chocolate liquido que cae de nuevo en el recipiente que mantiene el chocolate a una temperatura de entre 32 y 34 °C y fluyendo constantemente. Estas finas cortinas caen sobre una rejilla que hace las funciones de banda sin fin, donde se colocan los cuadros, rectángulos, círculos o diamantes de ganache frío para ser cubiertos por el chocolate ya temperado. Una vez que el ganache pasa por el chocolate cubriéndose de forma perfecta así, esta banda pasa por unos rodillos que la hacen vibrar, quitando así el exceso de chocolate y moviéndolo hacia una banda de tela que es cubierta por papel encerado para recibir los chocolates. A los chocolates se les pone un transfer con el diseño adecuado al tipo de chocolate que se esta haciendo y se dejan endurecer a temperatura ambiente, una vez así se empaquetan y se guardan con el nombre, y la fecha en la que fue elaborado.
Es un trabajo mecánico y al parecer sin mucho chiste, mi primera experiencia en esa maquina fue con la variedad de un chocolate a la vainilla, y es una de las cuatro variedades que se sirven para acompañar el café en el restaurante de Alain Ducasse: “Le Louis XV”. Al parecer por comentarios de terceros, esta variedad que lleva por nombre “Alain Ducasse”, es el rey de los 4 tipos diferentes, aunque luce, en cuanto a su preparación como el mas sencillo.
Después de la centésima vez de haber acomodado las 5 líneas de 4 rectángulos de ganache a la vainilla, y de haber visto muchísimas veces como el Chef Frank Madala acomodaba el acetato que en letras doradas decía: “Le Luis XV ALAIN DUCASSE”, comencé a pensar, como de costumbre mi mente me llevo lejos del trabajo mecánico que mis manos hacían una y otra vez y recordé que al menos hace 10 meses ni siquiera sabia quien era Alain Ducasse, hace al menos 8 ni siquiera sabia que existía el Louis XV, o el Hotel de Paris, y mucho menos que se encontraba en Mónaco, y tampoco tenia conocimiento de que era uno de los mejores restaurantes del mundo, hace al menos un año ni siquiera se me hubiera ocurrido ya no digamos trabajar en su cocina, pero ni siquiera soñar con estar ahí!!! Hace ya tantas lunas que mi mundo y mis sueños cambiaron, hace ya tanto que gracias a las personas que están a mi alrededor he aprendido tanto, es como si tomara los conocimientos que tanto les hubiera costado a ellos obtener.
Después de acabar de empaquetar la ultima caja metálica rectangular de los “AD”, como M. Madala los llama, tome una foto de esos kilos y kilos de chocolates que serian servidos en uno de los mejores restaurantes del que es considerado el mejor chef francés y uno de los mejores a nivel mundial, si, mis manos habían ayudado a forjar uno de los tantos detalles que el restaurante tiene para sus clientes… mis manos que nunca pensé, llegarían a Mónaco.
Aun recuerdo cuando en una de las entrevistas me preguntaron si conocía algún restaurante o hotel de Mónaco, aun recuerdo cuando mi mundo era mucho mas pequeño, cuando mis horizontes parecían estar atrapados en bordes de cristal, que me permitían ver el exterior pero no alcanzarlo.
Y entonces su voz interrumpió mis pensamientos, es un hombre de alrededor de 40 años de 1.70 de estatura, cabello corto y escaso y siempre sin peinar, siempre con una sonrisa en el rostro y una admiración perpetua por la mentalidad y belleza de mi México, siempre dispuesto a contestar cualquier pregunta y a ser maestro y alumno de sus propias ideas y creaciones, portando una filipina gris impecable que sin embargo no se lleva muy bien con la plancha y con una leyenda del lado izquierdo también en letras grises que se lee: “Frank Madala”.
Comenzó a platicarme sobre sus experiencias con los turquois anteriores y de pronto me sorprendió oírlo alabar la mentalidad de los jóvenes mexicanos y compararnos en general con la de los practicantes franceses sobre todo, y en todas sus comparaciones resultábamos vencedores, tenemos disposición, mentalidad triunfadora, motivación, ganas, esfuerzo, chispa, color, entrega, lucha, ganas de aprender, inteligencia, vivacidad, audacia, valentía… y la lista siguió y siguió, y entonces sonreí y deje de escucharlo, y en mi mente surgió la pregunta, “ por que si este hombre que lleva 20 años trabajando aquí y ha visto desfilar a 14 jóvenes mexicanos durante al menos 12 años es capaz de encontrarnos tan buenas virtudes, nosotros en nuestro pequeño mundo no podemos hacerlo por nosotros mismos? Y si tenemos tan buena cualidades por que solo las aplicamos fuera de nuestro país?”.
Y entonces me tope con la realidad de que no solo era el quien pensaba así de nosotros, al menos encontré a 5 personas que compartían su idea sobre nosotros, pero en mi experiencia, aun cuando tenemos todas esa cualidades generalmente no las usamos para ser mejores como personas y como profesionales, en México se aplica la cultura de “chingar” al de al lado antes de que este me “chingue”, y en cuidarnos del de al lado perdemos demasiado tiempo, seria hermoso tener la inocencia que se ve reflejada en los rostros de las personas que habitan o trabajan en Mónaco, créanme que nos ahorraríamos muchos corajes, tiempo y dinero, en especial dinero…

La Burbuja


Saludos desde la parte mas alta del segundo país mas pequeño del mundo, Mónaco; si así es vivo en Mónaco, lo gracioso es que ahora, ya después de un par de semanas de respirar este aire, sentir este sol y admirar esta luna, se me ocurre que no salí de México con dirección a Francia y mucho menos a Europa… mi destino era Mónaco, pues no vivo ni en Francia, ni en Europa, y se preguntaran “que le pasa a este tipo?”, “acaso el chocolate ya le hizo daño?”, “tal vez ya se le subió”, pero no es así, hago la justa aclaración del lugar donde vivo por que es importante saber que Mónaco no puede ser comparado con otro lugar del mundo, y no precisamente por lo lujoso o lo caro o lo interesante que pudiera acontecer en este pequeño poblado entre la montaña y el mar, mas allá claro del hecho que Mónaco vive en una burbuja, separado del resto del mundo.
Vivo en la burbuja mas lujosa del mundo, rodeado de pequeños poblados que viven los efectos colaterales de rodear uno de los centros turísticos mas importantes y mas ricos del mediterráneo, vivo en una burbuja donde no existe la corrupción, donde no existen los asaltos, donde no existe la inseguridad, donde prácticamente no existen las perdidas económicas menores, donde hay suficiente para todos aunque solo algunos se hagan millonarios, donde no existen las tribus urbanas y tal vez nunca se haya oído ni siquiera hablar de ellas, donde el dinero rige las relaciones interpersonales y donde uno deja de saber si la amistad esta condicionada por el corazón o el dinero.
Pero ese no es ningún problema, de hecho es la situación perfecta para cualquier turista, ya quisieran los mas renombrados centros turísticos mundiales poseer una burbuja como la de este país, es solo que al dejar de ser un turista para convertirse en un stagiaire (practicante), comienzas una doble vida de sueño y pesadilla, pues no solo te mantienes protegido por la burbuja del país, si no que además tu condición de stagere te cubre con otra burbuja, que seria doblemente perfecta si solo se detuviera a protegerte mas aun… el problema es que esta burbuja te permite ver el otro Mónaco; el Mónaco de la gente que lo trabaja, de la gente que tiene que mantener una familia con el salario que a la vista de un extranjero en cuyo país el salario mínimo es 20 veces menor que aquí parecería una fortuna, para los estándares de esta urbe apenas alcanza.
Como stagere estas protegido de los dimes y diretes de un trabajo normal, esta burbuja te protege de los tropezones y te cuida la espalda, pues mientras tengas la etiqueta de stagere no eres peligroso, y menos con la etiqueta de stagere de la Fundación Turquois, pues todo el mundo te conoce, y te reciben con los brazos abiertos, y con una sonrisa, así como tu te desvives por trabajar lo mejor posible, los compañeros en el trabajo se desviven por ayudarte a aprender lo mas que puedas, ellos también se desviven pero para que tu tengas el stage mas cómodo de todos, al menos así lo ha sido en mi experiencia, no solo te llenan de consejos y conocimiento teórico sobre la materia en la que trabajes, además tienen la gentileza de llevarte hasta donde están las cosas, y de preguntarte una, dos, tres o las veces que sean necesarias si entendiste, o si te falta algo.
Y todo esto es gracias al trabajo de generaciones anteriores, sin importar todo lo que me han contado, todo lo que he averiguado o todo lo que los mismos exbecarios me han dicho de sus propias practicas, realmente han venido a poner en alto el nombre de México, pues basta con decir que uno es stagere mexicano para que las puertas se te abran para cualquier cosa, incluso mas que a otros stagieres, y si agregamos que los stagieres actuales ponemos nuestro block en la pirámide lo mejor que podemos entonces tendremos Mónaco para muchas mas generaciones.
Pero entonces por que digo que el ser stagere es un arma de dos filos? Que hay entonces de malo con ser stagere mexicano?
Es solo que la gente te trata bien por que por default saben que te iras en 5 meses, y que es casi imposible que te quedes para ganarte un contrato, eso te hace “inofensivo”, no buscas un puesto, solo estas ahí para aprender… nadie te mete el pie por que saben que no es necesario, el tiempo ya esta contando y caerás solito, y que mejor que tener buenos recuerdos del stage… y sin embargo el ser stagere Turquois te abre los ojos a muchas cosas que pasan tras bambalinas que como turista dentro de la burbuja no ves, por que ni quieres ni es necesario… te encuentras con gente que vive a 30, 40 o 50 minutos de Mónaco por que es menos caro, que apenas mantiene a su familia con el “salariazo” monegasco, que deja de darse cuenta del aire que respira y comienza a enviciarse los sentidos por si mismo buscando solo salir…
Es hasta hilarante… yo estuve deseando tanto llegar aquí solo para encontrarme gente que desearía llegar al lugar de donde yo vengo… no cabe duda que el ser humano nunca sabe lo que quiere y nunca se da cuenta de lo que tiene…

A Primera Vista


Hemos llegado, después de tanto tiempo, que se volvió poco; después de tanto esfuerzo que resulto apenas el suficiente; después de tantas noches, días, sonrisas, lagrimas, triunfos, derrotas, heridas, alegrías, estamos aquí… después de tantos recuerdos que tomarían demasiado tiempo, tinta y papel para ser descritos… y una mente demasiado insana y organizada a la vez para tomarse ese tiempo, tinta y papel para describirlos. después de todo eso y mas simplemente comenzaremos por la mitad de la historia que resulta ser tan solo el comienzo de la misma, el comienzo del objetivo que 10 jóvenes se habían trazado, aunque tristemente solo 9 sobrevivieron a sus propios sueños y deseos.
Estamos en Mónaco, y a tan solo unos días de haber llegado me permito la oportunidad de contar esta historia que espero se convierta en toda una epopeya, un cantar que atraviese las montañas y arribe a buen puerto. después de tan solo algunos días de haber conocido esta ciudad aparentemente utópica me arriesgare a describirla… Mónaco es… todo lo que soñamos, todo lo que nos contaron, todo lo que alguna vez oímos, leímos o vimos, todo lo que alguna vez se nos ocurrió y sin embargo nos quedamos cortos… aun fusionando la idea que cada uno de los 10 acompañantes tenia sobre esta tierra, nos quedamos muy por debajo de todo lo que Mónaco tiene para dar… aun siendo tan pequeño.
A la vista de los extranjeros Mónaco luce como una ciudad utópica en verdad, siendo el país mas rico per capita del mundo y contando con recursos que superan por mucho a su extensión territorial, aunque a mi parecer es esa pequeña extensión territorial lo que ayuda a Mónaco a mantenerse como una ciudad utópica, pues con tan solo 1.95 Km cuadrados y sus 35 mil habitantes este puerto luce como un paraíso para sus gobernantes. Pero para los propios habitantes de este “paraíso” el panorama no luce tan hermoso, pues aunque el salario mínimo en Mónaco es 10 veces mayor al salario mínimo en México, la vida también es mucho mas cara, en Mónaco también hay estratos sociales y la regla capitalista que dice “eres lo que tu poder adquisitivo te permite” se mantiene sin cambios, aunque para los fuereños nos parezca que cualquier persona que habita en este puerto debe poseer una fortuna para nuestra propia definición de la misma, un monagues no pensara lo mismo, pues la palabra fortuna es completamente subjetiva, y estando en Mónaco uno se da cuenta que “fortuna” se escribe con letras mayúsculas, o no se escribe…
A esta primera semana de aclimatación me he dado cuenta de muchas cosas que muchos decían no existían, basura en las calles, automóviles que no son para nada de ultimo modelo ni súper lujo, la gente también busca ofertas, existen los suburbios y los barrios non-gratos sin salir de Mónaco, se puede encontrar un dejo de tristeza en el rostro de las personas sin necesidad de buscarlo… y los mas sorprendente de todo siendo una ciudad multiétnica, no es una ciudad multicultural…
A pesar de muchas cosas y gracias a muchas mas Mónaco luce como una ciudad de civilidad y respeto a los demás, con una corrupción casi nula y una inseguridad que pareciera no existir, a primera vista uno explora estos rasgos que parecieran haber abandonado al resto del mundo para instalarse aquí definitivamente, para convertirse en habitantes nómadas de una ciudad de respeto y decencia, de buenas maneras y tranquilidad, donde hasta ahora no he podido encontrar el mas leve rasgo de stress, aun conociendo a muchas personas que viven un ritmo de vida muy rápido, lo hacen con gozo; disfrutan vivir su vida así, o al menos eso aparentan. A veces esta situación me hace dudar de la utopia monaguesca, y se me ocurren otras teorías y la mas coherente es la vigilancia con un circuito cerrado de cámaras en todo el país, pareciera que mas que respeto y civilidad las personas evitan meterse en problemas y lo hacen solo por que saben que siempre hay alguien observando, algo que resulta imposible de hacer en al menos todas las capitales estatales y el distrito federal de mi propio país.
Y es así como Mónaco vive respirando el aire marino del mediterráneo, tan simple y tranquila que mas que envidia uno no puede mas que sentir admiración… al menos a primera vista.