He llegado a un mundo en decadencia,
poblado por victimas de una comodidad frustrante,
habitantes, que aunque seres nómadas de corazón,
se han vuelto dependientes de una vida sedentaria
de lujos y comodidades que ahora los atan a un ciclo sin fin.
He llegado a una tierra de oportunidades,
al afamado primer mundo,
a vivir la "grandeza" del sueño americano,
a encontrar un retiro espiritual pagado,
donde es necesario demostrar
que no se proviene de neptuno con una visa tan rara,
cual piedra lunar.
Seré parte de este círculo durante el tiempo que toma formar una vida,
tiempo que espero, no me alcance para sumergirme en este lugar,
de tal forma que olvide de donde vengo,
a lo que vine,
y a donde voy.
Este es un paraíso,
formado por múltiples comodidades que facilitan y agilizan la vida de cualquiera,
y el precio que se paga luce tan insignificante,
que cualquiera sucumbe ante tal néctar,
el precio es el tiempo,
es el mantenerse firme como roca ante las adversidades,
ante toda perdida,
perdida de sueños, de ilusiones,
es entregar los futuros fantásticos a cambio de estabilidad
y un estilo de vida que llena los bolsillos y endulza el paladar.
Idealizar este mundo nadie puede...
se entregan amistades y lazos que nacieron amplios y estrechos,
se debilitan y se caen ante la negrura del olvido,
a causa de diferencias tales,
que como dogmas sociales,
nos han sido implantados desde pequeños.
Es encontrar la olla de oro al final del arco iris,
sin darse cuenta de que el recorrido hasta esta,
nos hizo perder cosas que lucían mas valiosas
y dejaron de serlo maltratadas por la prisa de llegar a alcanzar tal objetivo que,
de nuevo, reafirma la comodidad que resulta ser frustrada por la soledad...
No se puede vivir en soledad en un lugar así,
entre tanta gente que con metas diferentes termina luchando por lo mismo,
un esfuerzo que aunque deberia ser en equipo,
al final se ejerce de forma individual aunque el resultado sea igual.
Y en el mismo camino se forman nuevos lazos de amistad
que reemplazaran a los anteriores,
con seres de planetas distantes,
tan distantes que resulta irónico pensar que,
sean los mismos objetivos, deseos, sueños, inquietudes,
los que los muevan a buscar las mismas metas.
No me preocupa olvidarme de mi mismo,
perderme en esta jungla de hechos deshechos por el tiempo,
de voces que gritan al unísono versiones diferentes de los mismos acontecimientos,
por que si lo hiciera,
sé que podría encontrar algo que luciría como felicidad pura,
algo que no daría lugar a la nostalgia,
que sentiría al recordar la belleza de futuros ideales,
aunque sean mis sueños,
la gasolina para el motor que me ha traído aquí...
si es para acomodarme a tal confort,
o para solo aprender de él,
tan de cerca, en propia piel,
todavía no lo sé...
Confío en que siempre habrá alguien
que no tendrá reparo en golpearme la frente
con tal de despertarme si en algún momento
caigo rendido en este letargo,
confío en que el mismo destino me hará caer de esta nube
solo para hacerme buscar nuevos horizontes,
pues hasta ahora me ha hecho creer,
que mi felicidad pertenecía ya, a otros lugares o personas…
